«Hay un proverbio chino que dice luo ye gui gen (las hojas que caen vuelven a sus raíces). Mis raíces provenían de una familia de Shanghai encabezada por mi adinerado padre y su bella esposa euroasiática, establecida en un escenario de puertos abiertos al comercio, dentro de concesiones extranjeras. El choque entre Oriente y Occidente se representaba dentro y fuera de mi propia casa.»
Adeline Yen Mah es una médica anestesióloga y escritora de origen chino que vivió en Inglaterra, Hong Kong y Estados Unidos. «Las hojas que caen» (1997) narra una historia familiar apasionante llena de misterios, traiciones, penas y transformaciones que reflejan lo que atravesó la sociedad china en el transcurso del siglo XX. Me impresiona la fuerza que tienen personajes femeninos como Tía Abuela, quien se negó a que le vendaran los pies y fundó su propio banco, el Banco de Mujeres de Shanghai. O Tía Baba quien trabajó en dicho banco, nunca se casó y apoyó incondicionalmente a Adeline en todos sus logros.
«Todos somos víctimas de la historia.»
Es así como Adeline nos adentra en su propio recorrido familiar desde su nacimiento, su relación con sus hermanos, la perversidad de su madrastra Niang y la indiferencia de su padre al culparla tácitamente por el fallecimiento de su madre durante su parto. Adeline creció entre libros, refugiada en el estudio, muy solitaria y con muchas situaciones traumáticas en su infancia que la marcaron. Lo que remarca siempre es la fortaleza que todas estos obstáculos le dieron para salir adelante.
Mientras tanto vemos el recorrido de China durante la invasión japonesa, el fin de la segunda Guerra Mundial y los conflictos internos entre nacionalistas y comunistas que derivan en la Revolución Cultural y los posteriores cambios drásticos que surge la vida social China. Adeline no vive en carne propia las consecuencias de las ideas comunistas en su país pero las narra a partir de su tía Baba quien decide quedarse siempre en Shanghai a diferencia de la familia que emigra a Hong Kong.
En una de sus últimas conversaciones con su tía Baba le deja el siguiente mensaje:
«- Yo lo veo así: el siglo diecinueve fue el siglo británico; el siglo veinte es el siglo estadounidense. Predigo que el siglo veintiuno será el siglo chino. El péndulo de la historia regresará de las cenizas yin, que trajo la Revolución Cultural, al fénix yang, que surgirá de las ruinas.»
Vemos que tía Baba tenía algo de razón con la prosperidad que muestra China hoy en día como nación.
Cada capítulo se acompaña de un proverbio chino que nos deja alguna enseñanza sobre algún recuerdo de la vida de Adeline, quien finaliza su recorrido en Estados Unidos combinando su carrera de medicina y literatura.
«Las hojas que caen» es una historia de fortaleza, lazos familiares y el paso del tiempo no solo de una persona sino de todo un país. Es la voz de Adeline haciendo eco de muchas otras voces que nos acercan un poco más a la cultura China.
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