¿En qué se basan los sitios, redes sociales y webs a la hora de recomendarte algo? Más de una vez puteé a Facebook por sugerirme la insensata idea de hacerme fan de Paulo Coelho. Entre tanta invitación a hacerte “fan de” ó«seguir a» a la orden de tus cookies, ID o la tómbola de la suerte, puede que alguna vez alguno pegue en el clavo. Al menos eso pasó con YouTube al enlazarme a “Big Weekend”, un vídeo que a simple vista parecía una explosión de flúo psicodélico a lo Happy Mondays. Me hice fan.
La banda se llamaba
Lemonade, busqué sus discos por todas partes, algo bastante difícil de conseguir a diferencia de la discografía de sus compadres los
Delorean (con quienes comparten jornadas de surf, giras, equipos y sello discográfico), pero después de varios offlines logré tenerlos en mi reproductor y darles replay hasta el hartazgo.
Lo que puedo decir después de eso es que hay tres razones principales por las que me cae simpático Lemonade; (1) su capacidad para trasladarme mágicamente al medio de una playa caribeña, entre palmeras, sol, arena y daikiris a pesar de que mi sensación térmica es de 5°C. En una de esas tanto tiempo viviendo en Barcelona, entre fiestas, surf y tocatas junto a sus compadres les haya servido de inspiración a Alex y Callan para introducirse en un mundo de texturas hipnóticas que arrancaron en San Francisco, con una caja de ritmos, una guitarra y la aspiración por convertirse en una especie de Liquid Liquid versión dub. Pero el bricollage fue más allá y en Lemonade uno encuentra tintes de rock, dancehall, calypso, funk, worldmusic, acid house, etc, etc.

Si le funcionó a The Stokes…¿why not?
Otra de las razones (2) por las que me cae simpático Lemonade es esa mezcla de ironía, acidez y desfachatez que recuerdan a
The Tough Alliance. Producto de tanto extasis o por simple lime natural, el trío suele lanzar dardos a cualquiera, como cuando dijeron haberse mudado a Nueva York porque si a los
Strokes les había ido bien, ¿por qué a ellos no?. Tampoco tienen drama en cuestionar bandas hypeadas por
NME como
Waaves ni aclarar que les rompe las pelotas que por su fama de raveros se los relacione con la “mierda” del New Rave o con cualquier cosa que se le parezca, como esos “indies vestidos de fosforito” (
Klaxons). Sus fiestas en cambio, diferencian ellos, son para ponerte arriba, para que te sueltes de verdad y no precisamente para figurar y “salir en un puto photoblog”.
Y qué mejor lugar en el mundo para enfiestarse que Brasil, hacía donde se dirigen ahora mismo, invitados por la banda paulistana Holger. Lemonade estará por más de quince días en un tour que los llevará por varios festivales y fiestas de renombre como la inigualable Dancing Cheetah. La banda, además de declararse amante del país, confiesa que varias de sus canciones han sido inspiradas por la música brasilera y esperan componer varias más in situ.
Les recomiendo hacerse de la discografía de estos niños fiesteros mientras nuestros vecinos bailan, gozan y entran en trance con bananas y éxtasis (razón 3: vease el link del myspace).
Acá un remixtape disponible.
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