Después de varias semanas vuelvo a escuchar Despondent Transponder y en verdad me sigue pareciendo belleza pura.
El disco, que algunos gustan en catalogar como «Loveless II» pertenece a Fleeting Joys, un dúo de Sacramento formado por John y Rorika -guitarra y bajo, pero tienen un baterista invitado-. Ambos resultan una conjunción de dulces y suaves voces que te susurran con delicadeza al oído, estridentes guitarras que por momentos hipnotizan, un poco de dream pop y shoegaze.
Es hasta el momento el disco del año, quizás porque su sonido muestra esa devoción que muchos tenemos por My Bloody Valentine o simplemente porque es digno de la melancolía primaveral.
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